noviembre 02, 2005

Crónica

I
La primavera,
la rotura en el vidrio.


II
Después de todo,
yo quisiera ser esas ventanas
que se enajenan de silencio sin nombre,
su reminiscencia de golpe, renovándose eternamente
O la carne de una mujer más débil
que sangra.


III
También,
la sonrisa abúlica de la sala
la mueca estática que sigue cualquier gesto
un rostro y mil rostros que parecieran burlarse
de cualquier cosa como anestesias,
un final inevitable,
ingenuidad.


IV
Las palabras,
la rotura en el vidrio.