Manifestaciones
Esas voces dicen la verdad. Debí haberlo aprendido cuando desafiaba
lo frágil de mi amor con juegos invisibles (pensar
que alguien grabó nuestros nombres en un árbol):
los hilos de seda siempre se movieron para el otro lado
él siempre estuvo
un paso más adelante o más atrás cuando cruzábamos los umbrales; nunca
lo volví a encontrar después de haber partido.